VERANEIO
De algún modo, todos asumíamos que alguna vez dejaríamos atrás nuestro hogar y nuestro pasado entero, pero ninguno de nosotros había reflexionado previamente sobre el momento justo de dar por concluido ese periodo donde habíamos estado flotando hasta entonces. Esa mañana, algo se rompió de forma definitiva. Lo que habíamos sido y lo que íbamos a ser se separaron de una forma física, tangible, y el camino de vuelta desapareció tras las huellas de nuestras patas. Pocos pasos más allá, pocos días después, no quedaba de nosotros nada en el camino, nada que nos uniera a un tiempo anterior al momento justo de dar un paso hacia adelante. De ahí en más, ese paso hacia adelante sería lo único que nos definiría y nos daría alguna consistencia.
Ya no éramos recuerdo, ni memoria, ni tradición. (Gaya 2008)